Significado de la Corona de Adviento…

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El Adviento es un tiempo de alegría, esperanza y purificación, en el que esperamos el nacimiento del Niño Jesús. En adelante se ha recopilado información acerca del significado de la corona de adviento…

La palabra Adviento viene de "adventus", que significa "venida" y para la Iglesia Católica, es un tiempo de preparación para Navidad. Por eso, tradicionalmente se prepara una Corona de Adviento y en torno a ella se reza cada domingo en familia.

La Corona de Adviento lleva 4 velas que se van encendiendo una a una cada domingo previo a Navidad, hasta llegar al último domingo y a la Cena de Navidad, con todas sus velas prendidas.

El encender las velas, semana tras semana, indica que la luz de Cristo está por venir y a El nos acercamos progresivamente.

Por eso, se suele hacer una oración antes de la comida en cada domingo de Adviento. Es también recomendable que la corona esté en un lugar visible, como en medio de la mesa familiar, para que ésta recuerde los buenos propósitos que cada uno le ha ofrecido al Niño Jesús.

Primer domingo de Adviento

El primer domingo de Adviento se enciende la vela morada. Este color significa el arrepentimiento, el perdón. Es un tiempo de conversión, de modificar nuestro corazón para recibir a Jesús.
Cuando nace un bebé, el hogar se revoluciona, hay cosas que se cambian de lugar y en cada rincón encontramos algo del recién nacido.
Apenas se entra a la casa, ya se huele un aroma especial.
Preparemos el corazón para dejar que Jesús lo ocupe en su totalidad.
Que los que nos rodean, al vernos, descubran que hemos cambiado, que nos hemos convertido y tenemos a Jesús en nuestra vida.

Mateo 24, 37-44
Oración para rezar al encender la primera vela de la corona de Adviento.

Querido Jesús, queremos prepararnos como familia para recibirte; por eso, queremos pedirte perdón por las veces en que no nos acordamos de vos o actuamos sin amar a los demás (Pensamos algunas peticiones de perdón y después de cada una, decimos juntos: Jesús, te pedimos perdón).

• Por la veces que no escuchamos a quien nos habla…

Segundo domingo de Adviento

Encendemos nuevamente la vela morada, recordando que a veces nos alejamos de Dios, pero que él no nos deja solos: nos promete un Salvador, Jesús.

Encendemos la roja, que representa el amor de Jesús.

Esta semana, vamos a ver como podemos convertir nuestro corazón para amar cada día más. Pensamos en cómo podemos amar más a nuestros amigos, hijos, padres, familiares, vecinos…

No hace falta pensar en grandes cosas. Casi siempre fallamos en lo más pequeño y tratamos peor al que tenemos más cerca o más queremos.

Quizás, sólo sería suficiente ayudar a un compañero de tareas o colaborar un poco más en las cuestiones del hogar, para hacer que en nuestra familia reine el amor y la paz.

Mateo 3, 1-12
Oración para rezar al encender la segunda vela de la corona de Adviento.

Te damos gracias Dios padre por estar siempre a nuestro lado y enviarnos a Jesús para que nos enseñe el camino del amor.
Te pedimos que nos hagas más comprensivos, más generosos, más solidarios y que crezca nuestra capacidad de escuchar y descubrir qué necesitan nuestros hermanos, padres, abuelos…
Queremos un corazón que crezca día a día, en su capacidad de amar.

Tercer domingo de Adviento

Encendemos las velas que hemos prendido los domingos anteriores y que nos recordaban la necesidad de arrepentimiento, la promesa de salvación y el amor de Dios.

Hoy encendemos la vela rosa que significa la alegría de haber recibido la buena noticia. La llegada del Salvador ha cambiado el mundo: los ciegos ven, los sordos oyen, los paralíticos caminan…

Pensemos qué es lo que no oímos, qué es lo que no queremos ver, a dónde no vamos por comodidad o falta de ganas (Son formas de ser ciego, sordo o paralítico en la época actual).

Pidámosle a Jesús que nosotros también podamos ver, oír y ponernos en movimiento para ayudar a nuestros hermanos.

Mateo 11, 2-11
Oración para rezar al encender la tercera vela de la corona de Adviento.

Jesús, te pedimos que nos abras los ojos para que descubramos qué necesitan los que formamos esta familia.
Que no estemos encerradados en nuestros propios problemas, sino abiertos a ver qué ocurre a nuestro alrededor.
Te pedimos que nos hagas escuchar atentamente cuando alguien nos habla y lo podamos ayudar a través de un consejo o de la comprensión.
Te pedimos que nos des fuerzas para caminar hacia el que necesite nuestra ayuda.
Que, aunque estemos cansados, siempre nos levantemos para ayudar a los que nos rodean.

Cuarto domingo de Adviento

Encendemos las velas anteriores dando gracias a Dios por lo que hemos vivido por su promesa de salvación y por cómo hemos crecido en el amor.

Encendemos la vela blanca que representa el sí de María y el sí de José.

María y José pusieron sus vidas en las manos de Dios. Ellos tenían un proyecto de vida y de familia que modificaron cuando Dios se hizo presente en su vida y les encargó ser los padres del salvador.

Al encender esta vela blanca, pidamos a Jesús que seamos capaces de decir sí al proyecto que Dios tiene para nosotros.

Este proyecto no es para beneficio de Dios, sino para el bien de los hombres.

Mateo 1, 18-24

Oración para rezar al encender la cuarta vela de la corona de Adviento.

Querido Dios padre: te pedimos que podamos decir que sí a las necesidades de nuestros hermanos.

Sí, cuando nos piden ayuda.

Sí, cuando nos quieren contar algo y podemos escuchar y aconsejar.

Sí, cuando necesitan una mano.

Sí, cuando tenemos que dejar algo que nos gusta para dárselo a un hermano.

Que en nuestra familia se escuche con más frecuencia la palabra sí para que podamos crecer en el amor.

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